Durante su primera visita a Inglaterra, en 1847, Hans
Christian Andersen fue invitado por la condesa de Blessington a una de sus
renombradas fiestas, donde intelectuales y artistas solían reunirse. Allí
conoció a Charles Dickens, escritor a quien admiraba desde hacía tiempo,
especialmente después de leer su novela Oliver
Twist. Dickens, a su vez, conocía la obra del autor danés, y apreciaba su
sensibilidad y originalidad.
Desde entonces, los dos autores mantuvieron una amistad por
correspondencia que se prolongaría por casi una década, y que encontraría un
incómodo final.
Durante ese tiempo, el autor de David Copperfield insistió más de una vez en que su colega lo
visitara en Inglaterra, hasta que en el verano de 1857 Andersen aceptó, no sin
antes asegurarle que no molestaría demasiado y que se quedaría solo unos días.
Pero Dickens y su familia llegarían a lamentar haberlo recibido, pues Andersen
prolongó su visita por más de cinco semanas, a pesar de los signos que hiciera
el dueño de casa insinuándole que se había extralimitado.
Cuando por fin el famoso autor de cuentos de hadas se
marchó, Dickens decidió dar fin a la correspondencia que había mantenido con
él, dejando a Andersen desilusionado y confundido, pues había disfrutado su visita y
nunca entendió por qué sus cartas quedaron sin contestar.
Cuentos de Andersen
Hans Christian Andersen
Ilustraciones de Patricia González
¿Quién no conoce la historia de la pequeña vendedora de
fósforos? ¿Y del soldadito de plomo? ¿O la del patito feo...? Estos y otros
maravillosos cuentos –como el de la tierna Pulgarcita, el del perro razonable y
del tonto muñeco de nieve...– conservan en esta versión todos los valores de su
original danés, sin censuras ni adaptaciones ñoñas.
Historia de dos ciudades
Charles Dickens
Esta novela histórica se ubica en el siglo XVII, en los
albores de la Revolución Francesa, y se desarrolla al mismo tiempo en dos
ciudades: Londres y París. La primera ciudad simboliza de algún modo la paz y
la tranquilidad, la vida sencilla y ordenada; mientras que la segunda
representa la agitación, el desafío y el caos, el conflicto entre dos mundos en
una época en la que se anunciaban drásticos cambios sociales.
Oliver Twist
Charles Dickens
En esta novela, Oliver Twist, su pequeño protagonista, es
víctima de la crueldad con que se trataba a los niños desamparados en la
Inglaterra de las primeras décadas del siglo XIX. Recluido en un orfanato,
Oliver es martirizado a menudo por el director del establecimiento, y cuando
logra salir de ahí cae en manos de Fajin, un personaje malvado que enseña a un
grupo de niños marginales a robar y delinquir. Así, de mal en peor, el pequeño
logra sobrevivir, hallando de vez en cuando a personas que están dispuestas a
ayudarle y a jugarse por él.
Canción de Navidad
Charles Dickens
Ilustraciones de Mariano Ramos
En Canción de Navidad, la avaricia y el egoísmo de
Mr. Scrooge, su protagonista, dañan a todos los que tienen que ver con él,
especialmente sus empleados. Y, desde luego, al propio Mr. Scrooge. Nada ni
nadie podía conseguir de él un pequeño acto de generosidad. ¡Qué mal lo pasaba,
por su tacañería, en las Navidades! Hasta que en aquella Navidad le ocurrieron
ciertos hechos que cambiaron para siempre su vida.
David Copperfield
Charles Dickens
Ilustraciones de Soledad Sebastián
Esta novela tiene mucho de autobiografía y de autohomenaje. Dickens, ya maduro y con los traumas de su infancia superados, es el narrador de la obra. Tras la voz de David, su protagonista, repasa con nostalgia su pasado, su difícil y dolorosa niñez, su angustiosa adolescencia, una juventud en que la que el amor tardó en llegar más de lo esperado, y las dificultades para lograr, finalmente, una madurez serena y estable. El propio autor confesó, años después de haberlo publicado, que de todos sus libros, este era el que más le gustaba.
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