martes, 1 de octubre de 2013

Curiosidades


Poli Délano aprende a leer

A los siete años de edad Poli Délano vivía en Ciudad de México. Su padre estaba destacado allí como diplomático y habitaba  en una gran casa, que también ocupaba  Pablo Neruda, cónsul de Chile por entonces. En la pared del comedor de la casona, el padre de Poli había colgado un cartel con el famoso poema de Neruda "Canto de amor a Stalingrado". A Poli Délano, que estaba recién aprendiendo a leer, había algo en ese cartel que lo atraía, por lo que todas las tardes se paraba frente a él a mirarlo. Un día, ante la sorpresa de todos, se puso a leerlo de corrido, imitando el modo en que Neruda leía sus versos.
El continuo observar las palabras del poema  –y el oír al poeta recitar sus obras en familia– le habían hecho comprender el mecanismo de la lectura mejor que cualquier silabario. Este y otros muchos recuerdos de su primera estadía en México, inspiraron a Poli Délano para escribir el libro de cuentos infantiles Policarpo y el tío Pablo, que conforman la serie de los  “Policarpo”  editada por Zig-Zag.







Hernán Díaz Arrieta (Alone), ¿desmemoriado?

Alone, el  gran crítico literario que durante treinta años hizo temblar a los escritores que le enviaban sus obras, escribió en su Diario íntimo, el 8 de junio de 1929: “¿Me moriré sin haber escrito una novela? Lo he soñado toda la vida, desde que aprendí a leer, creo. Una novela sicológica: esta palabra sicológica encerraba para mí un misterio prestigioso y todavía no pierde su encanto”. Y más adelante, el 19 de octubre de 1930: “Quiero escribir una novela, necesito escribir una novela. Y no puedo. Nunca paso del primer capítulo. ¡Qué fácil resulta escribir el primer capítulo de una novela! No cuesta nada. Lo difícil es el segundo y lo imposible el último”. ¿Es que Alone olvidó que quince años antes había publicado una novela titulada La sombra inquieta, que tuvo tres ediciones? ¿O es que quiso olvidar esta novela sicológica que a los 23 años de edad le inspiraron sus desgraciados amores con Mariana Cox Stuven, escritora veintiún años mayor que él? Nunca lo sabremos.





Terremotos y maremotos

La naturaleza ha sido implacable con nuestro país, haciéndonos sufrir cada cierto tiempo espantosos terremotos y tsunamis, especialmente en las regiones que incluyen las ciudades de Concepción y Valdivia.  En una novela publicada recientemente por Zig-Zag –El nuevo circo de Diamante, de Víctor Carvajal- uno de sus personajes cita textualmente algunos testimonios escalofriantes de quienes presenciaron esos sismos. El 16 de diciembre de 1575 un terremoto, seguido de tsunami, destruyó completamente las ciudades desde Concepción a Valdivia.  Lo mismo ocurrió el 25 de mayo de 1751, tras lo  cual Concepción fue refundada en otro lugar. E igual cosa volvió a suceder el 20 de febrero de 1835 (nótese el parecido de la fecha con la del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010). Por último, el 22 de mayo de 1960  la zona comprendida entre Concepción y Valdivia volvió a sufrir un devastador  terremoto y tsunami, el mayor registrado de la historia, que en Valdivia tuvo una intensidad de 9,5 grados en la escala de Richter. 






  Cómo nació Frankenstein

En el verano de 1816 Lord Byron y Percy Shelley, los dos mayores poetas románticos ingleses del siglo XIX, y la esposa de este último, Mary, se establecieron por unos meses en los alrededores de Ginebra. Les tocó un tiempo muy húmedo y lluvioso, por lo que pasaban los días conversando frente a la chiminea. Hablaban sobre las teorías de Darwin –muy polémicas entonces-, sobre la creación y la destrucción de la vida, y también se divertían contando historias acerca de espectros y fantasmas. En una de esas, decidieron entretenerse escribiendo, cada uno, un cuento o relato basado en un hecho sobrenatural. Mary fue la única que lo terminó, ayudada finalmente por Shelley. La novela fue  publicada en 1818 con el título de Frankenstein o El molderno Prometeo. Había nacido un personaje que llegaría a ser inmortal y que daría pie a innumerables obras de ficción y cinematográficas. 
La novela ha sido publicada por Zig-Zag en su colección Viento Joven, traducida directamente del inglés por Julio Meza.









María Luisa Bombal, ¿asesina?

El 4 de enero de 1941 María Luisa Bombal, en el salón de té del hotel Crillón de Santiago, escribió una carta a Gabriela Mistral, en la que le agradecía su gestión y le comunicaba  que al fin podría mejorar su mala situación económica, ya el presidente Pedro Aguirre Cerda  --a instancias de Gabriela Mistral-- le había conseguido un cargo de secretaria del Departamento Cultural de la Presidencia. Días después, ante las puertas del mismo hotel Crillón, María Luisa  disparó  tres tiros por la espalda a su antiguo amante, Eulogio Sánchez Errázuriz, quien salía de dicho hotel a la calle Ahumada. No lo mató, pero a María Luisa la condenaron a 4 años de cárcel, de los cuales fue posteriormente absuelta por consideración a que se había tratado de un intento de crimen pasional. Así, María Luisa perdió el cargo que le había conseguido Aguirre Cerda, y considerando que ya no podía vivir en Chile, viajó a Estados Unidos, donde  su vida cambió radicalmente.










El primer libro que leyó Manuel Rojas

A los 12 años Manuel Rojas vivía en Rosario, Argentina, con su madre viuda. Eran muy pobres y Manuel no tenía dinero para comprar libros ni quien se los regalara. En el trayecto de su casa al colegio, había un negocio en cuya vitrina descubrió, cierta tarde, un libro cuya portada le atrajo irresistiblemente. En ella se veía a un indio que era alcanzado, en plena carrera, por una flecha que le atravesaba la espalda. Manuel pasó varias semanas mirando esa portada, hasta que decidió comprar el libro. El libro costaba 30 centavos y su madre le daba, al ir al colegio, una moneda de dos centavos. Privándose de comprar golosinas, Manuel ahorró la suma y finalmente compró el libro. Este contenía la segunda parte de la novela de Emilio Salgari titulada los Náufragos del “Liguria”. Tras leerlo, Manuel comenzó a economizar de nuevo para comprar un segundo libro, y ya no paró más de leer. Este episodio y otros mil más pueden leerse en el libro Imágenes de infancia y adolescencia, obra póstuma de Manuel Rojas publicado por Zig-Zag.
















Generación del 50
Fue Enrique Lafourcade  quien bautizó como “Generación del 50” a los jóvenes que comenzaron a publicar sus obras en la década de 1950.  Y lo hizo en la Antología del nuevo cuento chileno, publicada en 1954 por Zig-Zag. En su prólogo intentó caracterizar a esa generación, de la que incluyó 24 cuentos inéditos de otros tantos escritores, todos menores de 30 años.  Y con tan buen ojo, que de ellos han salido 8 de los mejores escritores de esa generación, varios de los cuales están considerados internacionalmente. Ellos son Guillermo Blanco, José Donoso, Jorge Edwards, Pablo García, María Elena Gertner, Claudio Giaconi, Luis Alberto Heiremans y Enrique Lihn.  













Arremetida de Gracia y el forastero
La primera edición de Gracia y el forastero, de Guillermo Blanco, fue editada por Zig-Zag en 1964. Aunque no pasó desapercibida, la obra se vendió poco y se estancó. Sin embargo, cuando se reeditó, en 1972, como el segundo título de la nueva colección de bolsillo que estrenó Palomita Blanca, de Enrique Lafourcade, Gracia y el forastero arremetió tan rápido y fuerte como aquella. Es que anteriormente  había sido editada en un formato dirigido a los adultos. En cambio, en el formato bolsillo llegó a los jóvenes, quienes se identificaron con sus protagonistas y la hicieron rápidamente suya, y  no paró más. Actualmente va en su 86ª edición, sin que haya pasado un año en que no se reedite, a veces dos veces en el mismo año. Y con tiradas de 8.000, de 10.000 y hasta de 15.000 ejemplares.










Perdido entre seudónimos
Cuando Zig-Zag, después de haber publicado un par de los libros infantiles de Hernán del Solar buscó algunas otras de sus obras para editar, se encontró con que estaban completamente agotadas. Recurrió entonces a su único hijo, un alto matemático que residía –y aún reside-- en París. Pero este tampoco tenía ejemplares. Entonces se buscó en la sección infantil de la Biblioteca Nacional, en cuyos ficheros solo aparecían dos o tres  obras de Hernán del Solar, a pesar de que este  había publicado más de veinte. Alguien recordó en ese momento que Hernán del Solar había publicado sus obras infanto-juveniles en su Editorial Rapà Nui y que, para no aparecer con tantos libros  a su nombre, había usado diversos seudónimos: Bat Palmert, Ricardo Chevalier y Juan Cameron,  entre varios otros. Aclarado el asunto, se consultaron los ficheros por los seudónimos y entonces aparecieron las obras buscadas.  














Jorge Inostrosa detenido por espía
Jorge Inostrosa comenzó a escribir la segunda parte de Adiós al Séptimo de Línea cuando la primera parte –la Campaña Marítima—ya  era el mayor best seller que se había dado en Chile. Y tal como lo hizo para la primera parte, para documentarse para la Campaña de la Sierra realizó algunos viajes a Perú. En uno de estos, mientras recorría unos terrenos cercanos a Lima, para  ver con sus propios ojos donde habían ocurrido las acciones militares que iba a describir, fue detenido por una patrulla militar. Sospechoso de espionaje, fue trasladado a Lima. Allí y tras varias horas de intentar que le creyeran que era escritor y que solo estaba documentándose, Inostrosa pidió la intervención del Consulado de Chile. Cuando finalmente se le dejó libre, el escritor se dirigió a una librería de Lima, donde le habían dicho que en su trastienda se vendían los tomos ya publicados de  Adiós al Séptimo de Línea, y compró un ejemplar, el cual le llevó personalmente y regaló al oficial que lo había detenido.


















Cómo nació el nombre de Zig-Zag
En 1905 Agustín Edwards Mac Clure, dueño de El Mercurio, y un grupo de sus colaboradores decidieron crear una revista semanal ilustrada. En Valparaíso se les habían adelantado los hermanos Gustavo y Alberto Helfmann con la revista Sucesos. Reunidos Edwards y sus colaboradores, buscaron un nombre para la nueva publicación. 
–Necesitamos –dijo Edwards- un nombre corto que pueda vocearse con rapidez, que denote agilidad, dinamismo y sea fácil de recordar…
Y junto con decirlo, su mano trazó en el aire un movimiento rápido.
¡Qué curioso! –dijo uno de los presentes–. ¡Su mano, señor,  ha trazado el zigzag de un relámpago!  
¡Zigzag! –exclamó Edwards-. ¡No busquemos más, amigos míos! Nuestra revista se llamará Zig-Zag.
Y este nombre no solo se aplicó a la revista sino que también a la empresa que se creó para publicarla.














Aún se recuerda al salvaje Jemmy Button

Francisco Hervé, el autor del libro Soy Jemmy Button, el salvaje, publicado recientemente por Zig-Zag, estuvo hace dos años atrás en Inglaterra. Y allí se encontró con que  en el colegio de Saint Mary, en Walthamstow, aún  estaba vivo el recuerdo de la estadía de los tres  indios fueguinos que el capitán Fitz  Roy llevó allí, en 1830, para  que fueran  educados a la inglesa y regresaran más tarde a civilizar a sus congéneres. Tan fuerte fue el impacto de esta experiencia –que se narra en el libro Soy Jemmy Button, el salvaje- que desde entonces se han creado obras de arte, incluso una ópera, inspiradas en las increíble aventuras de Jemmy y sus compañeros.














No quieren decirlo

Jacqueline Balcells y Ana María Güiraldes llevan más de veinte años escribiendo libros juntas. Si se les pregunta cómo lo hacen, dicen que no saben… Entre otras muchas obras son autoras de la colosal serie  de veinte libros titulada Un día en la vida de… Cada uno de estos libros publicados por  Zig-Zag tiene dos partes: en página derecha una novela corta sobre un hecho estelar de la Historia Universal, y en página izquierda, informaciones breves y entretenidas sobre aquel hecho. ¿Jacqueline escribe esto último? ¿O lo hace Ana María? ¿O ambas escriben todo a la vez?  No quieren decirlo.  En todo caso,  los libros de Un día en la vida de… llevan ya 12 ediciones y cada obra está profusamente ilustrada con dibujos que muestran el ambiente en que se desarrolla la historia.









¿Quién manda en casa?


¿Quién manda en la casa de la joven escritora Angélica Dossetti? ¿Ella o sus perros? Angélica se acaba de cambiar a una casa en las afueras de Santiago porque, según ella, necesitaba un lugar más tranquilo para escribir. Y agrega, como de pasada, porque además sus perros van a estar más felices.  Dado el amor que le tiene a los perros, según lo vemos en sus novelas, creemos que la verdadera razón es esta última. Y lo prueba su nueva novela,  La escapada de Ema, que Zig-Zag publicará en marzo próximo. En ella veremos lo que la pequeña Ema –la protagonista de ésta y de sus novelas juveniles anteriores—  es capaz de hacer por su mascota.









Palomita Blanca sigue volando

Palomita Blancala novela de Enrique Lafourcade, está ya en su 65ª edición en la colección Viento Joven, de Zig-Zag, y ha vendido más de un millón de ejemplares. La obra fue lanzada en 1972, en una sencilla ceremonia a la que se invitaron a estudiantes de 3º y 4º Medio. Nada de presentaciones ni discursos. En lugar de ello,  a cada uno de los asistentes se les obsequió  un vaso de Coca-Cola y un ejemplar del libro. Antes de un año, la novela llevaba cien mil ejemplares vendidos. Los jóvenes la habían hecho suya. Interpretaba las inquietudes sociales, políticas y religiosas que los angustiaban en esos revueltos años del gobierno de la Unidad Popular.    











Un libro póstumo

Este libro es y no es de Manuel Rojas. Los cuentos son suyos, pero el libro fue armado después de su muerte por Zig-Zag. Para ello seleccionó siete cuentos  de entre los varios que integraban las Obras selectas de Manuel Rojas, que la editorial había publicado en  dos tomos en 1961 y que se encontraba agotada desde hacía varios años. Desde luego, ello se hizo con la autorización  de las hijas de Manuel Rojas, María Eugenia y Paz. En la actualidad, El hombre de la rosa y otros cuentos está en su  edición 31ª, en la colección Viento Joven de Zig-Zag.  

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