lunes, 29 de diciembre de 2014

Hans Christian Andersen y Charles Dickens: Historia de unas incómodas vacaciones

Durante su primera visita a Inglaterra, en 1847, Hans Christian Andersen fue invitado por la condesa de Blessington a una de sus renombradas fiestas, donde intelectuales y artistas solían reunirse. Allí conoció a Charles Dickens, escritor a quien admiraba desde hacía tiempo, especialmente después de leer su novela Oliver Twist. Dickens, a su vez, conocía la obra del autor danés, y apreciaba su sensibilidad y originalidad.

Desde entonces, los dos autores mantuvieron una amistad por correspondencia que se prolongaría por casi una década, y que encontraría un incómodo final.

Durante ese tiempo, el autor de David Copperfield insistió más de una vez en que su colega lo visitara en Inglaterra, hasta que en el verano de 1857 Andersen aceptó, no sin antes asegurarle que no molestaría demasiado y que se quedaría solo unos días. Pero Dickens y su familia llegarían a lamentar haberlo recibido, pues Andersen prolongó su visita por más de cinco semanas, a pesar de los signos que hiciera el dueño de casa insinuándole que se había extralimitado.


Cuando por fin el famoso autor de cuentos de hadas se marchó, Dickens decidió dar fin a la correspondencia que había mantenido con él, dejando a Andersen desilusionado y confundido, pues había disfrutado su visita y nunca entendió por qué sus cartas quedaron sin contestar.




Cuentos de Andersen
Hans Christian Andersen
Ilustraciones de Patricia González

¿Quién no conoce la historia de la pequeña vendedora de fósforos? ¿Y del soldadito de plomo? ¿O la del patito feo...? Estos y otros maravillosos cuentos –como el de la tierna Pulgarcita, el del perro razonable y del tonto muñeco de nieve...– conservan en esta versión todos los valores de su original danés, sin censuras ni adaptaciones ñoñas.




Historia de dos ciudades
Charles Dickens

Esta novela histórica se ubica en el siglo XVII, en los albores de la Revolución Francesa, y se desarrolla al mismo tiempo en dos ciudades: Londres y París. La primera ciudad simboliza de algún modo la paz y la tranquilidad, la vida sencilla y ordenada; mientras que la segunda representa la agitación, el desafío y el caos, el conflicto entre dos mundos en una época en la que se anunciaban drásticos cambios sociales.




Oliver Twist
Charles Dickens

En esta novela, Oliver Twist, su pequeño protagonista, es víctima de la crueldad con que se trataba a los niños desamparados en la Inglaterra de las primeras décadas del siglo XIX. Recluido en un orfanato, Oliver es martirizado a menudo por el director del establecimiento, y cuando logra salir de ahí cae en manos de Fajin, un personaje malvado que enseña a un grupo de niños marginales a robar y delinquir. Así, de mal en peor, el pequeño logra sobrevivir, hallando de vez en cuando a personas que están dispuestas a ayudarle y a jugarse por él.




Canción de Navidad
Charles Dickens
Ilustraciones de Mariano Ramos

En Canción de Navidad, la avaricia y el egoísmo de Mr. Scrooge, su protagonista, dañan a todos los que tienen que ver con él, especialmente sus empleados. Y, desde luego, al propio Mr. Scrooge. Nada ni nadie podía conseguir de él un pequeño acto de generosidad. ¡Qué mal lo pasaba, por su tacañería, en las Navidades! Hasta que en aquella Navidad le ocurrieron ciertos hechos que cambiaron para siempre su vida.



David Copperfield
Charles Dickens
Ilustraciones de Soledad Sebastián

Esta novela tiene mucho de autobiografía y de autohomenaje. Dickens, ya maduro y con los traumas de su infancia superados, es el narrador de la obra. Tras la voz de David, su protagonista, repasa con nostalgia su pasado, su difícil y dolorosa niñez, su angustiosa adolescencia, una juventud en que la que el amor tardó en llegar más de lo esperado, y las dificultades para lograr, finalmente, una madurez serena y estable. El propio autor confesó, años después de haberlo publicado, que de todos sus libros, este era el que más le gustaba.

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